Juan Esmerio
Tres Teatros Tropicales

En 2000 Sergio López publicó Donde mueren las palabras. El Teatro Apolo de Culiacán. Con su gozosa lectura asistimos a la inauguración de un género: el de la investigación cultural. Fue el debut de un historiador que se iba a revelar como un erudito del pasado de Mazatlán y Culiacán durante los siglos xix y xx. Siguió El Teatro Ángela Peralta: del desahucio a la resurrección, joya editorial que debemos a Héctor Mendieta y Vega.
Un tercio de siglo de quehacer teatral: Entrevista con Fito Arriaga

Rodolfo Arriaga es un hombre de recia personalidad teatral. Su carrera inició en la década de los setenta del siglo pasado, y desde entonces ha sido actor, director, productor, promotor e investigador. Esa fascinación suya por recrear la atmósfera cultural de Culiacán, la ciudad que hizo suya desde los tiempos estudiantiles, lo llevaron a hurgar en el movimiento teatral de los años cincuenta y sesenta del siglo xx.
Callos de “Luvina”

A la pluralidad de las especies marinas de sus esteros y costas, Sinaloa añade los peces de agua dulce. Presas y ríos proveen de langostinos, tilapias y lobinas, con las que se hacen otros tantos platillos. Los callos de lobina son uno de ellos.
Postal de Isla de Patmos

¿En qué momento y con qué bebida la cocina mediterránea conecta con la cocina mazatleca? La respuesta está en el exterior del mercado José María Pino Suárez.
Comer en altamar

El mapa gastronómico de Mazatlán inicia en los estuarios del sur de Sinaloa. Las coordenadas de esa cartografía se extienden hasta los confines de altamar. Ese mapa vasto y suculento se despliega ante nuestros ojos cuando se trata de comer pescados y mariscos, tradición culinaria en la que son expertos los pescadores de barco.
Mis fondos van a la fonda

Los mercados son espacios múltiples: tanto al interior como al exterior se pueden comprar ingredientes y comer en lugares cuya originalidad reside en que el cliente crea su propia carta. Si un extranjero quiere evaluar la riqueza de la cocina de una ciudad, la experiencia más fiable es vagabundear por un mercado.
Desde las alturas oceánicas de El Farallón

En Sinaloa la comida de mar no es exclusiva de los puertos, parece decir la ciudad de Los Mochis, donde hay restaurantes donde se comen pescados y mariscos que son bocatto di cardinale. El Farallón es uno de ellos.
Que hacer con un kilo de camarón seco

Por Juan Esmerio Las tribus costeras del sur de Sinaloa emplearon la técnica de “salar para conservar” en los camarones y los peces que desbordaban los esteros de la región. Hay depósitos salinos en el rumbo, sin descartar que también podían incluir la sal tomando el agua para sus cocciones del estuario, luego de espantar un flamingo crepuscular. La técnica se conserva hasta hoy. Consiste en medio cocer, salar y luego orear el crustáceo, lo que garantiza el buen estado del animalillo durante meses. Hay varias maneras de comer elRead More
Restaurant de camioneros

Por Juan Esmerio En el kilómetro sesenta de la carretera federal 15 Mazatlán Culiacán hay, en una elevación del terreno, un restaurant que, sobre las montañas de la Sierra Madre, mira al oriente. Es atendido por mujeres silenciosas. Sus clientes son camioneros, automovilistas, vecinos de otros pueblos y gente del puerto. Se sirve un platillo: carne asada. La carne está hecha a las brasas de la leña. Todo está cocinado a la leña: el frijol de la olla y las tortillas; o a las brasas, donde se tatema el tomateRead More
Aguachile con callo y con invitada

por Juan Esmerio Mi amor por septiembre se finca, como todos los grandes amores, en una creencia: si llegué a él sobreviví al verano corrosivo, a los gastos escolares, a las deudas. Aunque faltan cinco quincenas, veo próximo el aguinaldo, tiempo de saldar esos pendientes, o, por lo menos, de abonar más fuerte. Así de terapéutica por el noveno mes del año es mi creencia. A partir del tres de septiembre disfruto de una luz menos obstinada. El viento del este llega al valle cargado de mayor presencia serrana. ElRead More