El tenor Jorge Echeagaray ganó por segunda ocasión el Mérito Juvenil en la categoría de Arte y Cultura que otorga el Instituto Municipal de la Juventud de Mazatlán. Con ese motivo AgendaMZT charló con el tenor, quien en esta entrevista nos cuenta sobre sus inicios en un coro escolar, cómo el canto es parte esencial de su estilo de vida, y de su trabajo como productor independiente.
por Paulina María Rueda
¿Cómo descubres que tienes voz para el canto?
Por azares del destino. En el colegio SAM la maestra Vadillo me alineó en el coro. Fue ahí donde comencé a trabajar el canto.
¿La maestra Cristina Vadillo fue quien descubrió que tenías una voz apropiada?
Sí, ella fue la que me dijo que tenía voz. En ese tiempo yo cantaba banda, pero me dijo que mi voz no era para cantar con banda, que podíamos educarla para otro tipo de género, y entonces me invitó a trabajar con ella. El Colegio SAM me becó y durante 6 años estuve bajo su tutela.
Después me vine al Centro Municipal de Artes con el maestro Antonio González, con la maestra Martha Félix y el maestro Enrique Patrón De Rueda. También estuve en clases con Penélope Luna y Armando Piña.
La maestra Cristina Vadillo también descubrió el talento de otros cantantes que han tenido notoriedad…
Claro. Está Carlos Osuna, el Sopi, como le decíamos, Karla Muñoz, Darinka Olmos y Sarah Holcome. Fue la última generación de cantantes profesionales que la maestra Cristina tuvo la oportunidad de instruir.
¿Y cómo fue que te enamoraste de la ópera?
Poco a poco. La maestra Cristina nos ponía coros ligados a la ópera en el Centro Municipal de Artes. En el CMA es completamente ópera, te envuelves el personaje, haces tuya la escenografía, respetas la preparación que tienen los solistas, los coristas, la orquesta, el director. Por ahí dicen que es el arte más completo: integra música, danza, teatro, todas las artes que estimulan la imaginación. Creo que poco a poco te va envolviendo y cada vez se hace mejor a pesar de que es un género muy exigente.
Los artistas estamos en constante movimiento
¿El gusanito por cantar banda quedó atrás?
Se me antoja cantar banda. Banda, norteño, mariachi, todo lo que se pueda cantar. Con todo el gusto yo le entro, sin ningún problema.
¿Consideras que los cantantes de banda necesitan mejorar su técnica?
Sí. Ahorita que trabajo en la Escuela de Tambora Sinaloense “Germán Lizárraga” estoy tratando de implementar nuevas técnicas para que puedan trabajar de manera correcta su voz y que puedan cantar muchos años, que no se les acabe la carrera. Estamos dejando nuestro granito de arena, ayudándoles con buenas técnicas de respiración, una buena colocación y afinación. No es mi intención cambiar el estilo de los alumnos, pero como todos los géneros la banda también está evolucionando.
¿Cómo empieza la carrera como solista de un cantante?
Puede ser por medio de un padrino, puede ser buscando apoyos federales, municipales, estatales. Buscando patrocinadores a los que les guste lo que tú haces y que tengan la manera de ayudarte. La docencia es parte del oficio del canto. Los talleres y cursos que puedas dar te servirán para solventar gastos cuando tengas que salir a otra ciudad o al extranjero a las audiciones.
¿Vale la pena seguir apostándole a la ópera?
Yo siento que sí. Es un género que tiene 100 o más años dando frutos; ha pasado por pandemias, guerras y no deja de funcionar. Siempre habrá alguien quien quiera escucharla y quien desee interpretarla. La ópera no está muerta. No es común, sí, pero está llena de muchas cosas muy buenas. Trabajar en ella es algo muy padre. ¿Hay problemas? Sí, como en todo el mundo de la música, ahora más debido a la pandemia, pero será complicado que desaparezca.
¿La ópera necesite renovarse? Siempre estamos escuchando el mismo catálogo de óperas.
Wagner, Puccini, Verdi, Mozart, todos ellos tienen años escuchándose. No podemos quitarlos nada más por que sí. Son autores que se han escuchando y son garantía. La ópera contemporánea habrá que ver qué tan bien está realizada. Hay obras que no tienen ni pies ni cabeza. ¿Habrá quién les dé la oportunidad? No lo sé. La gente está acostumbrada a escuchar lo clásico. Se tiene que trabajar en tener un público que tenga la disponibilidad de escuchar el trabajo de los nuevos compositores.
Cuéntanos sobre Los Tenores del Norte.
El proyecto nació para acercar al público a la ópera. En él combinamos el bell canto con la música norteña, desde arias clásicas hasta los éxitos de Ramón Ayala.
Estoy involucrado en la producción y difusión, desde la escenografía y el audio hasta el contacto con los medios de comunicación. Esa experiencia la adquieres cuando trabajas de manera independiente. Como empresario tú pones el precio del boleto, los errores son pérdidas tuyas y de nadie más. Eso te forja como artista.
Con Snow Ball he producido ópera sin glamour, conciertos navideños, conciertos de boleros. Gracias al empuje de mi esposa nos hemos podido presentar en diversos festivales en Durango, Sonora y Jalisco.
Tu trabajo musical se encuentra en plataformas digitales, ¿has grabado un disco?
Ya tengo un disco grabado. Estoy con una empresa en el proceso de concretar para el próximo año la salida en todas las plataformas digitales de ese material; iTunes, Spotify, Youtube. Todavía estamos con el pendiente de si vamos o no. Es un disco grabado con Carlos Sarabia con mariachi.
La pandemia ha hecho que los artistas exploren el mundo virtual como medida de sobrevivencia…
Los artistas estamos en constante cambio. Afortunadamente descansé mi voz antes de la pandemia. Han sido años de mucho trabajo. En el receso conocí a través de redes sociales a mi actual maestro, Carlos Conde, quien me ha ayudado mucho.
Se me han abierto puertas para la docencia en la Escuela de Tambora Sinaloense “Germán Lizárraga”. Además estoy esperando los resultados en el Ópera Estudio Beckmann de Tequila, Jalisco.
¿Cuántos maestros has tenido desde que iniciaste?, ¿consideras que es necesario cambiar luego de un tiempo determinado?
Varios. He asistido a talleres y cursos. Siempre he sido sincero con mis alumnos, y cuando ya no tengo más que enseñarles se los digo. Es lo mismo que pasa con uno. Habrá quien le funcione el mismo, pero yo he cambiado de cuerda, de ser barítono a tenor. Creo que hay que buscar quien te guíe y ayude a hacer las cosas bien, para que la cuestión física y vocal estén bien y no haya lesiones. Hay que buscar hasta que encuentres quien entienda como trabaja tu cuerpo.
¿Qué te provoca ver a los jóvenes que desean entrar al mundo del canto?
Es algo maravilloso. Alguna vez me pregunte: ¿qué haría si ya no cantara? Se convirtió en mi estilo de vida; cuánto duermes, como te cuidas, el ejercicio que haces, el tiempo que estudias, cuánto vocalizas. Sea banda, norteño, al estar en constante preparación vas a encontrar el punto exacto de lo que necesitas y quiere la gente.
¿Es importante estudiar?
Sí, las facultades natas se acaban, es necesario tener una técnica para no lastimarte. Recomiendo a los jóvenes que se busquen un maestro que los guíe y con que se sientan cómodos.