Cambia tu vida, del artista plástico Rodrigo Martínez crea tras las rejas su primera exposición

Cambia tu vida, del artista plástico Rodrigo Martínez crea tras las rejas su primera exposición

Tras las celdas del Centro de las Consecuencias Jurídicas del Delito, el interno Rodrigo Miguel Martínez Betancourt logró materializar sus sueños en obras escultóricas que dan vida  a “Cambia tu vida”  exposición que será inaugurada este viernes  26 de octubre a las 19:00 horas en Galería Rubio.

Rodrigo esperará los detalles del evento con entrada libre en el Centro Penitenciario “El Castillo”, en donde cumple una condena de 7 años por robo a mano armada.

Lejos de la tristeza, el escultor se siente motivado para seguir explorando un mundo que, literalmente, le fue revelado en un sueño.

“Mi primer sueño fue una neblina. Vi una ciudad y veía neblina del otro lado. Algo me llamaba a cruzar esa neblina. La crucé, vi puros pilares blancos y decía yo ‘este es un panteón’. Me empezó a dar miedo, entonces volteé hacía arriba de los pilares y empecé a ver caballos, guerreros, mujeres como romanas, gladiadores… vi como que la piedra estaba hecha con pasta y yo decía: ‘¡Cómo pueden doblar las cosas así! Ese sueño me inspiró mucho.

El nombre de la exposición de Rodrigo es “Cambia tu vida”, nombra así en honor a su padre, quien falleció hace dos años y en una de sus conversaciones lo instó a transformar su vida, a convertir veneno en medicina: las manos que alguna vez perpetraron un crimen hoy producen vida, crean arte.

“Yo le prometí a mi papá que iba a cambiar y estoy en ese camino, en esa búsqueda. Ojalá me den la oportunidad de seguir con otros materiales el día de mañana, le tengo ganas a un carro alegórico nomas para que vean el color y no sé qué me prepare la vida después de mañana. En esta exposición van a encontrar puras cosas únicas, no hay otra igual, eso sí se los prometo”.

Rodrigo reconoce que desde niño su perfeccionismo lo llevó a destacar en las tareas escolares. Aprendió técnicas de talla de madera en los talleres del penal, pero él busca dar forma a las visiones de sus sueños, por más grandes, vistosas o irreales que fuera.

Alambres, aros de cubetas, acero galvanizado, cartón, resistol, poliuretano e incluso, un cuerno de toro han sido los materiales que la prisión le ha permitido utilizar para sus esculturas. Y, a falta del mármol que veía en sus sueños, el jabón se ha convertido en el elemento más vistoso de sus esculturas.  

Sin duda, la vida de Rodrigo ha cambiado en los últimos tres años: su vida ha pasado de la desesperanza a la ilusión, ya que su trabajo le permite abstraerse por completo del entorno de la prisión.

Mi vida aquí sin la escultura fuera aburrida, triste. La verdad yo no me pienso aquí, yo no pienso en estar aquí cuando estoy haciendo eso: estoy pensando en ángulos, diseños o corte. Ya cuando pienso, estoy escuchando la lista (de internos) y ya pasó el tiempo: tres, cuatro, cinco, ocho horas. Duele la cabeza y la vista, haz de cuenta que batí un saco de cemento, la verdad todo aporreado me siento. Cada pieza de elaboración me lleva de dos a tres meses”.

Además de este cambio interno, su situación en el penal ha transformado radicalmente, e incluso, esto también ha sucedido con algunos de sus compañeros.

“Yo aquí primero era gay, después era brujo, después decían que estaba loco. Ya no me importaba, lo único que quería era ver la pieza. Ahora dicen que soy artista. Ahorita estoy en el punto en el que ya me quiere ayudar la gente, les digo: ‘hey, me haces el paro de rayar corcho?’ o ‘¿me haces el paro de rayar jabón’ y me dicen ‘sí, sí te hago el paro’ porque saben que estoy enfocado a eso, en trabajar; pero al principio les picaban los ojos, le hacían la cara chueca o algo y me daba un coraje. Ahorita ya me cuidan las piezas, saben que ya es trabajo”.

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