El pasado fin de semana, Mazatlán vuelve a ser noticia por el altercado que se presenció con los taxistas del sindicado de taxis rojos. La protesta se debió a la entrada de una nueva línea de taxis en la ciudad; los taxis CROC que son parte de la Confederación Regional de Obreros y Campesinos que operan a nivel nacional en diferentes estados de la república. Trabajan de manera similar que otras líneas de taxis a través de radio y circulando por la ciudad en busca de pasajeros.
Actualmente, los taxis CROC no cuenta con ningún permiso ni concesión que otorgan la dirección de Transito del estado, por lo que los hechos vividos el pasado sábado, sean solo un acto de bandalismo impulsado por los líderes que cada día se sienten amenazados ante la liberación del transporte en el estado.
El problema en Sinaloa no son los sindicatos sino la Ley de Transito que no ha sido actualizada y que necesita modificarse para dar entrada a nuevas empresas y propietarios, que deseen dar servicio.
Hace un mes el Congreso del estado aprobó la liberación del transporte de carga a nivel estado, por lo que ha dado pauta a que ciudadanos sin la necesidad de obtener renta de permisos de alianzas o sindicatos, tengan la oportunidad de brindar un servicio en la movilización de carga.
Estamos a un paso de que el transporte público se libere en Sinaloa, y eso daría un gran avance en cuanto materia de movilidad ya que estaríamos ante la mejora de servicios que incluyen: limpieza, inclusión y tarifas, en donde los ciudadanos tenemos la opción de elegir el transporte que se nos acomode de acuerdo a nuestras necesidades y bolsillo.
Si el Congreso apoya esta iniciativa, tendremos no solo opciones sino una mejora en la movilidad de la ciudad, los ciudadanos emprendedores y empresarios podemos promover transporte alternativo para reducir índices de contaminación, trafico y colectividad ciudadana.
Esperemos que el próximo año se den las gestiones para que sea un hecho y Sinaloa de un paso hacia la libre competencia en el transporte público, los prestadores de servicios de taxi no necesitan este tipo de espectáculos, ni tampoco ser parte de actos en donde los que se ven perjudicados ante la ciudadanía son ellos mismos, lo que necesitamos son trabajadores e instituciones que tengan la capacidad de competir en calidad y servicio.